jueves, 22 de enero de 2015

Neuropsicologia: Cerebro y cocaína (Antonio Verdejo)






Las personas que consumen cocaína de forma habitual- un 3,1% de los españoles entre 15 y 64 años- tienen menor cantidad de materia gris en el cerebro que aquellas que no prueban esta droga o lo hacen sólo de forma esporádica. 

Esta es una de las ideas que ha apuntado hoy el profesor de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada Antonio Verdejo durante el curso La adicción, una enfermedad, que han clausurado en la sede valenciana de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), la directora del centro, María Antonia García Benau; la jefa del Servicio de Gestión de la Dirección general de Drogodependencias de la Generalitat Valenciana, Mª Jesús Mateu; y el profesor de Anatomía de la Universidad Católica de Valencia y secretario del curso, Jorge Miguel Barcia. 

Verdejo, que ha hablado del Déficit neuropsicológico asociado al consumo de cocaína, se ha referido a un estudio comparativo realizado entre consumidores “recreativos”.


lunes, 19 de enero de 2015

La neurociencia ya puede predecir el comportamiento. Pero ¿debe hacerlo?


Un bebé de seis meses con un casco de electrodos para registrar su actividad cerebral. /SCIENCE PHOTO LIBRARY

Leer la mente es tal vez la aplicación más futurista, y más estremecedora, de las técnicas de neuroimagen que están ahora mismo en rápido desarrollo. Pero hay otra que puede ser más útil a corto plazo: la predicción del comportamiento. Los neurocientíficos ya están en condiciones de utilizar una serie de medidas de la funcionalidad cerebral (neuromarcadores) para vaticinar el futuro rendimiento educativo de un niño o de un adulto, sus aptitudes de aprendizaje y sus desempeños favoritos. También sus tendencias adictivas o delictivas, sus hábitos insalubres y su respuesta al tratamiento psicológico o farmacológico. El objetivo de los científicos no es llegar a la sociedad policial caricaturizada en Minority Report, sino personalizar las prácticas pedagógicas y clínicas para hacerlas mucho más eficaces y serviciales para la gente. 

“Durante más de un siglo”, escriben en Neuron el neurocientífico John Gabrieli y sus colegas del MIT (Massachusetts Institute of Technology, en Boston), “comprender el cerebro humano ha dependido de daños neurológicos acaecidos de manera natural, o de las consecuencias imprevistas de la neurocirugía”. Gracias a ese tipo de casos, algunos muy famosos entre los neurólogos, se pudo determinar el papel esencial para el lenguaje que tiene el córtex prefrontal izquierdo (la célebre área de Broca), por ejemplo, o las áreas implicadas en el comportamiento social, la toma de decisiones o la construcción de nuevas memorias. 

Pero esta cartografía de las funciones mentales ha experimentado una explosión en tiempos recientes con el advenimiento de las técnicas no invasivas de neuroimagen, que han descubierto en miles de experimentos las áreas –y asociaciones entre áreas— implicadas en la percepción, el conocimiento, el pensamiento moral, el comportamiento social o la toma de decisiones económicas. También las peculiaridades de la estructura y la función cerebral que subyacen a los trastornos psiquiátricos más comunes, y a la mera diversidad humana que se distribuye dentro de la horquilla 'normal' y depende de la edad, el sexo, la personalidad y la cultura. Y también de la genética. 

Lo que proponen Gabrieli y sus colegas del MIT es utilizar ese acervo tecnológico capaz de medir la neurodiversidad humana para predecir el comportamiento futuro de las personas. “Esa predicción”, dice Gabrieli, "puede constituir una contribución humanitaria y pragmática para la sociedad, pero ello va a requerir una ciencia rigurosa y una serie de consideraciones éticas”. 

Por ejemplo, un tipo de medida con un simple casco de electrodos (completamente no invasiva y llamada ERP, o potenciales relacionados con un suceso), realizada a las 36 horas del nacimiento del bebé y que determina su respuesta cerebral a los sonidos del habla, es capaz de predecir con un 81% de acierto qué niños desarrollarán dislexia a los ocho años. Y por tanto permitirían aplicar programas educativos especiales a esos niños durante los primeros ocho años de vida, un periodo crucial para el aprendizaje del lenguaje y la comprensión de la lectura. Estrategias similares pueden aplicarse al aprendizaje de las matemáticas y la música, donde también las diferencias entre niños son notables. 

Otro ejemplo importante es la predicción de las tendencias delictivas. Esto es cualquier cosa menos una novedad. “El sistema judicial”, explica Gabrieli, “ya está plagado de solicitudes (por parte de los jueces, del fiscal o de los abogados de una de las partes) de predicción del comportamiento futuro del procesado, que se utilizan para elaborar dictámenes sobre qué fianza imponer, qué sentencia dictar, o qué régimen de libertad condicional imponer”. 

Todo esto ya existe, pero se basa en dictámenes de expertos que, actualmente, resultan tremenda y demostradamente imprecisos. Los análisis de neuroimagen que miden el grado de impulsividad del sujeto, su control cognitivo y su capacidad de resolución de conflictos cognitivos, entre otros, tienen el potencial de informar la decisión del juez con una precisión mucho mayor que los actuales dictámenes de expertos. Son solo algunos ejemplos de las posibilidades de esta técnica. 

Y que sirven también para revelar los profundos y delicados problemas éticos que suscita esta propuesta de los científicos de Boston. La cuestión principal es encontrar formas legales de garantizar que toda esa información predictiva se utilice para ayudar a los ciudadanos, y no para que las empresas o las instituciones seleccionen a la gente que tiene más probabilidades de éxito. Este, de hecho, es un problema tan difícil que cabe preguntarse si la neuroimagen va a causar más daño que beneficio social. 

Pero Gabrieli y sus colegas no lo creen así, por la sencilla razón de que las prácticas actuales son ya muy cuestionables. “Se ha demostrado”, arguyen los científicos, “que las decisiones sobre libertad condicional que toman incluso los jueces más experimentados vienen afectadas por factores como la hora del día y la proximidad de la hora de comer”. Un criterio objetivo de neuroimagen siempre será mejor que esa ruleta, opinan los investigadores del MIT. 

Toda nueva técnica plantea en el fondo el mismo dilema ético: que se puede usar bien o mal. Si la experiencia sirve de algo, cabe predecir que al final ocurrirán ambas cosas. Aquí hay material para guionistas inteligentes.


Fuente: El País

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Santiago Ramón y Cajal: Historia de la Neurociencia






Santiago Ramón y Cajal (Petilla de Aragón, Navarra, 1 de mayo de 1852-Madrid, 17 de octubre de 1934) fue un médico español, especializado en histología y anatomía patológica. Compartió el premio Nobel de Medicina en 1906 por sus investigaciones sobre los mecanismos que gobiernan la morfología y los procesos conectivos de las células nerviosas, una nueva y revolucionaria teoría que empezó a ser llamada la «doctrina de la neurona», basada en que el tejido cerebral está compuesto por células individuales. Humanista, además de científico, está considerado como cabeza de la llamada Generación de Sabios.

jueves, 2 de octubre de 2014

Bilateralizacion cerebral: Edad y solución de problemas




Estudios recientes sobre cerebro y envejecimiento resalta el carácter adaptativo del cerebro humano y su plasticidad. La plasticidad cerebral no sería sólo un rasgo del cerebro en desarrollo, sino que se extiende a la edad adulta y la vejez. El entrenamiento y ejercicio físico y mental permiten seguir estableciendo nuevas conexiones y reclutar nuevas áreas cerebrales, principalmente en el córtex prefrontal, que sirven de ayuda en la realización de diversas tareas cognitivas.

viernes, 6 de junio de 2014

Neurociencia: El canto de los pajaros





El estudio, publicado en la revista científica Nature, muestra cómo funciona el cerebro de algunos pájaros a la hora de emitir sonidos: mientras que algunas neuronas se preparan para producir esos sonidos, otras se sincronizan con las notas. La descodificación de la representación neuronal de la comunicación también podría ser de gran ayuda para solucionar algunos problemas del habla como el tartamudeo o la afasia. 

La empresa israelí StoreDot, nacida en el Departamento de Nanotecnología de la Universidad de Tel Aviv, ha demostrado recientemente que se puede cargar la batería de un teléfono móvil inteligente en apenas 30 segundos. Para ello, sus expertos se han basado en péptidos, moléculas formadas por aminoácidos que reducen drásticamente los tiempos de carga.

lunes, 22 de julio de 2013

Pascual-Leone: Estimulacion cerebral no invasiva



La estimulación magnética transcraneana (EMT) o transcraneal, (Transcraneal Magnetic Stimulation, TMS) es una forma no invasiva de estimulación de la corteza cerebral, una herramienta incorporada a las neurociencias, tanto para los estudios e investigaciones como para el tratamiento terapéutico de diversos padecimientos y trastornos neuropsiquiátricos. 
Consiste en la despolarización selectiva de aquellas neuronas del neocórtex o corteza cerebral, ubicadas entre 1,5 y 2 cmpor debajo del cráneo, mediante pulsos magnéticos de intensidades específicas. 
Estos pulsos pueden ser únicos en la estimulación magnética trascraneana o bien regulares repetitivos, en la modalidad que toma el nombre de estimulación magnética transcraneana repetitiva o EMTr (por sus siglas en inglés, rTMS). La despolarización referida obedece al principio de inducción electromagnética descubierto por M. Faraday.

sábado, 8 de junio de 2013

Cervorama: Dentro del cerebro



Controla nuestros pensamientos, sentimientos y movimientos. Es nuestro cerebro y en una exposición en el sur de Francia los niños aprenden algunos de sus secretos. Una visita guiada del comisario de la muestra nos adentra en el trabajo de los investigadores europeos que intentan encontrar la llave de este misterioso órgano y comprender sus infinitas capacidades. “La evolución condujo a la creación de muchos cerebros diferentes en los animales, cada uno de ellos con facultades diferentes. Incluso en los seres humanos encontramos cerebros que difieren mucho de un individuo a otro. Dependiendo del uso que le demos, de nuestras experiencias, de nuestro conocimiento acumulado, desarrollaremos unas funciones cognitivas en detrimento de otras. Esa plasticidad es lo que transforma nuestro cerebro en un órgano único que se amolda perfectamente a cada individuo”, dice Vincent Jouanneau, comisario de la exposición Cervorama.